La alopecia frontal fibrosante (AFF) es una alopecia cicatricial primaria que afecta preferentemente la línea de implantación capilar fronto-temporal, en forma de banda o diadema. La AFF se definió inicialmente como una enfermedad propia de mujeres postmenopáusicas. Sin embargo, en la actualidad nos encontramos antes casos también en mujeres premenopáusicas e incluso hombres.
¿Por qué se produce?
La causa es desconocida. Sin embargo, parece que mecanismos autoinmunes y hormonales juegan un papel importante en pacientes genéticamente predispuestos. De acuerdo con la hipótesis de la autoinmunidad, son las propias defensas de los pacientes que atacan los folículos pilosos, provocando su destrucción y posterior formación de una cicatriz. Por otra parte, la respuesta a tratamientos antiandrógenos y la predominancia de afectación en mujeres postmenopáusicas apoyarían la hipótesis hormonal.
¿Cómo se presenta? ¿Cuál es su evolución?
Clínicamente se presenta por una recesión de la línea de implantación fronto-temporal, sustituida por un tejido cicatricial no inflamatorio, pálido, atrófico, brillante y liso (por lo que a veces se pueden ver las venas de la frente). Es característica la alopecia parcial o total de cejas, que suele ser un signo precoz de la enfermedad. Suele extenderse a la zona preauricular pudiendo afectar también la zona retroauricular y occipital. Además, puede afectar los folículos de pestañas y suele desaparecer el vello corporal. También pueden aparecer pequeñas pápulas faciales. La evolución es lentamente progresiva y, debido a que forma una cicatriz, el pelo perdido no será recuperable. Tras un periodo de avance lento que dura años, la enfermedad tiende a estabilizarse espontáneamente.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se realiza mediante la clínica y la tricoscopia. Ésta última muestra eritema e hiperqueratosis perifolicular en fases de actividad y signos cicatriciales post-inflamatorios en fases más avanzadas, que nos servirán también para monitorizar la evolución y la respuesta al tratamiento. Aunque no suele ser necesario, en casos de duda se puede realizar una biopsia.
¿Existen tratamientos efectivos?
Actualmente no disponemos de terapia curativa. Las zonas cicatriciales causan una alopecia irreversible. Sin embargo, disponemos de fármacos que pueden frenar el avance de la AFF tales como corticoides o inhibidores de la calcineurina tópicos, antiandrógenos orales (dutasteride y finasteride). Otros fármacos como isotretinoína, hidroxicloroquina, minoxidil o pioglitazona también pueden ser de utilidad.
¿Puede hacerse un trasplante capilar?
En casos en los que AFF se mantenga estable y sin actividad inflamatoria durante 1-2 años, se podría plantear la posibilidad de realizar un trasplante capilar, opción a día de hoy todavía controvertida, ya que el pelo trasplantado podría perderse al cabo de unos años de la cirugía.